Resistencia microbiana

En la era actual, el lector podría preguntarse si realmente hace falta un curso específicamente dedicado a la resistencia antimicrobiana (RAM). La magnitud del problema la indican dos influyentes organismos internacionales. Los Centros para el control y prevención de enfermedades (CDC) de Estados Unidos han incluido la RAM en la lista de las siete amenazas mayores a la salud pública a escala global, listado que comparte con el cáncer, el zika en embarazadas y el tabaquismo, entre otras.

A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte en su página web: «La resistencia a los antimicrobianos pone en peligro la eficacia de la prevención y el tratamiento de una serie cada vez mayor de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos».

En el contexto de un progresivo aumento de la longevidad, nuevos tratamientos quimioterápicos e inmunosupresores e innovadores procedimientos invasivos (diagnósticos y terapéuticos), los pacientes se ven cada vez más expuestos a infecciones graves. El crecimiento de la RAM se suma a lo antedicho para generar una suerte de «tormenta perfecta», de efectos desastrosos para la salud pública.

La prolongación de la enfermedad, la necesidad de más pruebas y la utilización de fármacos más caros aumentan el costo de la atención sanitaria a los pacientes con infecciones resistentes en comparación con el que implica la atención de los pacientes con infecciones no resistentes. El grupo de prioridad crítica incluye las bacterias multirresistentes, que son especialmente peligrosas en hospitales, residencias de ancianos y entre los pacientes que necesitan ser atendidos con dispositivos como ventilación mecánica y catéteres intravenosos. El listado incluye (pero no se limita a): Acinetobacter, Pseudomonas y varias enterobacterias, como Klebsiella, Escherichia coli, Serratia y Proteus; bacterias que pueden provocar infecciones graves y, a menudo, letales. La mortalidad de los pacientes con bacteriemia por enterobacterias resistentes a carbapenemes es cuatro veces superior a la producida por enterobacterias sensibles a estos antimicrobianos.

Los niveles segundo y tercero de la lista de la OMS –las categorías de prioridad alta y media– contienen otras bacterias que exhiben una farmacorresistencia creciente, como Enterococcus faecium resistente a la vancomicina, Staphylococcus aureus resistente a la meticilina y con sensibilidad intermedia y resistencia a la vancomicina, Helicobacter pylori resistente a la claritromicina, Campylobacter spp. resistente a las fluoroquinolonas, Salmonella resistente a las fluoroquinolonas, Streptococcus pneumoniae resistente a penicilina, Haemophilus influenzae resistente a ampicilina y Shigella spp. resistente a las fluoroquinolonas.

De seguir así, las estimaciones de lo que sucederá en el 2050 son aterradoras, porque las infecciones por bacterias mutirresistentes producirán más muertes que el cáncer, y solo en Europa un millón de personas morirá cada año.

¿A quién está dirigido?

Este curso está dirigido a médicos especialistas en infectología, clínica médica, terapia intensiva y demás profesionales de la salud que deseen ampliar sus conocimientos en el área.